El 25 de abril los valencianos y las valencianas celebramos la fiesta de las libertades nacionales. Esta fecha no ha sido escogida al azar. Un 25 de abril de 1707 el Reino de Valencia cayó como consecuencia de la derrota austracista en Almansa . Año tras año conmemoramos este día por diversos motivos, pero lo más importante es que supuso una gran derrota para nosotros, como pueblo. A raíz de este hito histórico, los valencianos y las valencianas hemos tenido que sufrir multitud de ataques que han intentado diluir nuestra identidad. Desde el decreto de Nueva Planta, que todavía hoy nos está marcando nuestro presente, pasando por la supresión de los Fueros (nuestras propias leyes), los intentos de erradicar nuestra cultura por una visión hispanocentrista, sumándole una derecha valenciana corrosiva que ofrenda nuestras glorias a España a principios del siglo XX y una transición que intentó paliar el sentimiento valencianista. El 25 de abril es, para nosotros, una jornada de lucha, reivindicación y resistencia, para recordar que somos y seremos un pueblo vivo y combativo.
La situación económica que estamos sufriendo actualmente en nuestro país es consecuencia directa de la nefasta gestión de la derecha valenciana. Una derecha más preocupada por obtener beneficios a costa de todas y todos los valencianos que en buscar dotarse de infraestructuras aptas para un modelo sostenible. Nuestra imagen en el resto del Estado y en Europa está dañada, ya que nuestra tierra se ve como una zona de ladrones y corruptos. Desde el BLOC pensamos que hay que señalar bien a los culpables y recuperar nuestra imagen, porque el pueblo valenciano es honesto, abierto y acogedor. A esto le debemos sumar el expolio fiscal que venimos sufriendo desde hace cientos de años, y es que los valencianos y las valencianas pagamos mucho más al Estado de lo que recibimos, precarizando aún más nuestros servicios públicos .
Gracias a la política de la derecha valenciana hemos perdido nuestro sistema financiero y hemos pasado de contar con el 4º banco del Estado a tener que necesitar intervención; con RTVV fundida en negro; con una precarización de los servicios públicos a niveles impesables hace pocos años; con más de la mitad de jóvenes en paro, sin esperanza y con la única salida que irse de nuestra tierra en busca de un trabajo…
Pero por suerte, ante este panorama desolador existe todo un pueblo que está renaciendo de sus cenizas. En las últimas semanas hemos visto que hay muchos movimientos y reivindicaciones sociales que se están extendiendo a lo largo de todo nuestro territorio. Tener una sociedad civil organizada es un signo de que las cosas están cambiando. Somos una sociedad preparada para hacer frente a los traidores del siglo XXI con la palabra y la razón, sin miedo y con mucho empuje. Para toda aquella gente que ha tenido que marchar, luchamos, luchamos para que puedan volver. Hagamos que nuestro grito de indignación llegue a quien no nos quiere escuchar; echemos a esa gente y tomemos nosotros el destino de nuestra tierra.
Para quien luchó, por quien lo hace y por quien lo hará.