Estas navidades hagamos un propósito: rescatemos el comercio local. Es muy fácil. Durante estas Navidades celebremos las fiestas en los restaurantes, bares y pubs del pueblo. Compremos los regalos a la vecina que vende por catálogo, a los bazares del pueblo, al amigo artesano que hace bisutería o productos típicos, a la amiga que tiene una tienda cerca, a la pastelera que hace dulces tradicionales, el carnicero que te prepara la carne para las comidas familiares, al conocido/a o amigo/a que es distribuidor de determinados artículos…
Hagamos que el dinero llegue a personas comunes y no a grandes multinacionales. Así, más personas tendrán una mejor Navidad.