El argumento más gastado por el PP local durante toda la legislatura ha acabado por estallarles en la prensa. Desde el año 2012 el Partido Popular de Siete Aguas ha utilizado el argumento de que el Ayuntamiento no se había adherido al plan provincial para las medidas de ahorro energético en el alumbrado público aprobadas por la Diputación de València y ahora empezamos a descubrir el por qué de su empeño.

Este mismo martes, el diario El Mundo publicaba en portada y en un amplísimo reportaje en su interior que la Diputación de Valencia dio un contrato de 30 millones a un amigo de su presidente, Alfonso Rus. El diario explica que la empresa Inelcom, propiedad del empresario de Xàtiva Vicente Quilis, íntimo amigo de Alfonso Rus ha sido la gran beneficiada de este plan con la concesión por 30 millones de euros. Según la investigación de El Mundo publicada hoy “La Diputación fabricó a medida de una firma de Xàtiva el “supercontrato” ideado por su presidente”, también informa que “Cargos públicos hacían de comerciales para que los alcaldes contratasen las luces a través de Inelcom”.

Según el diario “El Mundo”, la empresa Inelcom “conseguía que los alcaldes escogieran la empresa de Quilis pese a que no tenía ninguna experiencia en el sector y pese a las dudas de los técnicos”. Según estas fuentes, “Inelcom recurrió  a cargos públicos como comerciales que visitaran uno por uno los más de 200 ayuntamientos de la provincia: primero para que se sumaran al convenio y segundo para que eligieran las bombillas suministradas por la empresa preferida de Rus”.

Desde Compromís por Siete Aguas y desde la concejalía de Servicios regida por nuestra portavoz local Ana Muñoz ya avisamos en el pleno del Ayuntamiento que los procedimientos de contratación de estas bombillas led nos parecían no estar muy claros. Además, tal y como indicaron los servicios técnicos de este Ayuntamiento, era muy extraño que en una sola convocatoria una gran mayoría de pueblos se sumaran a la iniciativa, y que como en el caso de Chiva, donde se instalaron las led, se tuvieron que retirar inmediatamente por la poca luz que daban. Nuestra reticencia a instalar las led también venía avalada por el informe que cuatro científicos de la Universitat de València publicaron en diciembre de 2012 bajo el título «La contaminación lumínica generada por leds blancos», el informe de la UV manifestaba sus «dudas» sobre «el tipo de led utilizados» y sobre «la legalidad del cambio de bombilla directa en una farola no pensada para este tipo de luminaria» que prevé el plan de la diputación.

El informe, promovido por el Grup de Treball sobre Contaminació Lumínica y la Càtedra de Divulgació de la Ciència UCC+i, criticaba la filosofía del plan provincial que se limitaba a cambiar unas bombillas por otras y proponían en su momento «que los ayuntamientos hagan auditorías lumínicas a fin de reducir alrededor de un 60 % el consumo energético antes de llevar a cabo cualquier actuación de cambio de las luces actuales de sodio de baja presión». «Sería muy recomendable -añaden- que los ayuntamientos realizaran estudios más extensos del alumbrado municipal y se tuvieran en cuenta no sólo aquello que consume una farola, sino si una zona está sobreiluminada».

En el capítulo de aspectos físicos y económicos, el catedrático de Química Analítica Ángel Morales y el profesor del departamento de Astronomía y Astrofísica Enric Marco aludían a estudios experimentales muy recientes realizados por ingenieros luminotécnicos según los cuales «todavía no es rentable la introducción de la tecnología led en alumbrado exterior frente a la actual de sodio». Y precisaban lo siguiente: «Los leds son más caros que las luces de ahora, pero los comerciales dicen que los leds no necesitan mantenimiento y duran unos 25 años. Estas dos premisas no están bastante demostradas, ya que muchos expertos independientes dudan de un periodo de vida tan largo y se sorprenden, por ejemplo, de que los leds de la diputación sólo estén asegurados para pocos años». De las empresas elegidas por la diputación, entre ellas la de Inelcom, la garantía máxima ofrecida era de 3,5 años. En juego, cabe recordarlo, había 30 millones de euros.

El estudio de la Universitat también ponía el foco en los «efectos nocivos de la luz blanca para la biodiversidad, la observación astronómica y la salud humana» porque el exceso de luz altera la producción de melatonina. La proliferación de luz blanca de bombillas led, recalca el informe, «aumentará la contaminación lumínica».

Con todos estos argumentos, el equipo de gobierno municipal realizó una auditoría lumínica y realizó el conveniente apagado de muchas farolas que sobreiluminaban partes del municipio completamente deshabitadas y de poco tránsito, así también reprogramó las horas de iluminación del alumbrado público y pasó a revisar todas las farolas del pueblo, consiguiendo un enorme ahorro económico sin tener que hacer la instalación de leds, de dudosa legalidad.

Desde el grupo de Compromís en la Diputación de València, nuestro diputado Emili Altur ya ha informado que “si se demuestra que ha habido irregularidades en el programa de Led de la Dipuitación, exigiremos que se depuren responsabilidades.

Desde el colectivo local de Compromís por Siete Aguas nos preguntamos ¿qué intereses tenían los concejales del grupo popular para insistir tanto en la adhesión al plan de las bombillas led? ¿Por qué siguen insistiendo en su instalación? Que los vecinos y vecinas de Siete Aguas saquen sus propias conclusiones.

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Rus ‘cocinó’ con un empresario amigo un contrato de 30 millones de euros en bombillas

Rus vendió sus bombillas a los alcaldes sin firmar los contratos

Los diputados provinciales del PP compraron uno de cada tres leds a la empresa Inelcom

El Consell pide ‘más explicaciones’ a Rus del contrato de las bombillas